Cada
ser humano es responsable de su moralidad, como seres humanos somos
propios de lo que somos y lo que hacemos, no nos preocupamos por lo que hay más allá de
la vida, sino por todo lo que hay en esta, y se preguntaran, ¿entonces
para que todo lo que se hace si al final morimos?, resulta que la verdad de la
misma vida y la muerte, es tan incierta que es mejor disfrutar lo que se tiene
y no temer a lo que sabemos que llegara, la mejor forma de prepararnos para la
muerte es el disfrutar la vida y los placeres de esta. Porque pensamos en
la muerte y no pensamos más en la inmortalidad, porque siempre limitamos
nuestra mente a lo negativo, a que las cosas no tienen sentido por una u otra
cosa, al buscar el por qué de lo que hago y no simplemente disfrutar el hacerlo,
claro está respetando la felicidad y moralidad de cada uno, sin perturbar
nuestra felicidad ni la de otros. Deseamos conocer el mundo y todo lo que nos
da, pero ni siquiera nos conocemos nosotros mismos,
pretendemos tener cada vez más cuando ni siquiera sabemos lo que
tenemos y cada cosa que nos llega simplemente cae en
un precipicio sin fondo del cual todo lo que entra
se pierde y nunca sirvió para nada, nuestra mente es el don
más preciado que la evolución nos ha dado porque no
seguirla evolucionando, así como es nuestro don es
nuestra maldición, con la cual podemos sacar al máximo el
poder que tenemos aunque seamos un simple punto en un trazo infinito del
universo, o podemos sucumbir ante esta en su poder.
Empezamos por ser más racionales en el sentido de saber y usar con
seguridad nuestros conocimientos, que tan ciertos y
precisos son, que tanto nos sirven en lo que deseamos hacer y que
tanto nos perjudican, recordemos que el conocimiento no es información
puesto que el conocer es el poder interpretar un dato y
saberlo utilizar, el conocimiento es la demostración de lo
que es capaz el hombre con una simple información, falsa o
verdadera que tan capas somos de hacer que lo irreal sea real.
Johan Bustos....
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